SEMANA 12: "Las palabras se nos quedaron cortas"

Francy Dayana Velasco Católico

Investigación Social

 

Bienvenidos a mi bitácora semanal, ya hace algún tiempo no había tenido la oportunidad de sentarme a escribir estos párrafos llenos de curiosidad y de nuevos conocimientos. En esta ocasión, la clase de Investigación Social había sido aplazada por mi viaje a Cartagena, aunque hayan pasado los días de aquella experiencia tan bonita, el tiempo no ha desvanecido la emoción y la nostalgia de regresar a la ciudad de playa, arena y sol. No puedo negar que después de aquel viaje lleno de aprendizajes, me llego una tusa peor de afrontar que aquellas que se hacen llamar “tusas amorosas”, pero he aquí estoy viendo la clase de Investigación días después.

En esta clase vimos el tema de Metamodelos, un tema que logro llegar a mí gracias a la virtualidad. Los Metamodelos son herramientas de comunicación y lenguaje desarrolladas por los autores John Grinder y Richard Blander, y tal como lo denota su nombre, son elementos que nos invitan a ver más allá del modelo estructurado que comúnmente manejamos en el área comunicativa. Desde que el profesor mencionó el tema, vino a mi el recuerdo de porque había ingresado a estudiar la carrera de Comunicación, siempre pensé que para ser un buen comunicador primero debíamos ser buenos exploradores, y, sobre todo, personas que van siempre más allá de argumentos generales y vacíos. En este orden de ideas, los metamodelos se convierten en grandes colegas a lo largo de esta formación académica, pues nos permiten ir más allá de las respuestas básicas que nos pueden llegar a brindar nuestros entrevistados.

Esta herramienta se presenta así, como el vehículo perfecto para llegar a una verdad más clara y profunda, en donde a través de esta se emplea el propio lenguaje para clarificarlo y se conecta con la experiencia individual de los sujetos de estudio. Pérez Asensio (2012) manifiesta que los metamodelos son “el arte de hacer la pregunta oportuna para tener la respuesta adecuada” (p.14), para mí es la descripción perfecta para este tema, pues más allá de ser un instrumento que nos ayuda a precisar los pensamientos de una persona y plasmarlos en palabras, es la vía ideal para llegar a obtener información valiosa y especifica.

Hasta ahora, he hablado sobre el significado amplio de los metamodelos, pero aún no he explicado cual es su origen. El metamodelo surge como una necesidad ante la problemática de que la estructura profunda de un ser humano no llega a ser explicita y consciente, y que normalmente en una conversación buscamos el camino fácil a través de palabras concisas y de detalles borrosos, lo cual es conocido como la estructura superficial. Aquella estructura profunda es la que se encarga de que podamos entablar respuestas completas y detalladas de experiencias que hayan sucedido previamente. Es así como se revela que las palabras resultan ser escasas para describir una experiencia vivida. Según el investigador Albert Mehrabian al realizar un proceso divisorio sobre como los humanos interpretamos las distintas formas de comunicación, descubrió que el lenguaje verbal solo lograba abordar un 7% del impacto de un mensaje expuesto. Y que, por el contrario, el lenguaje vocal ( tono y matices) y el lenguaje corporal (señas y gestos ) representan un porcentaje mayor. A partir de este postulado, es más que evidente afirmar que las palabras nos quedan cortas, y que por ello nace esa necesidad de mejorar la comprensión del mensaje y reafirmar o confirmar la comunicación de este.

Posteriormente, llega a esta bitácora aquella clasificación o estructura sistematizada que maneja los Metamodelos,  que nos permite encasillar los errores que comúnmente cometemos y nos brinda alternativas para llegar a un estudio claro y preciso:

 

 

Omisión Simple: En esta categoría encontramos que como investigadores a veces damos algunos datos por sentado, y que en esta situación tendemos a tener una selectividad con las palabras expuestas por nuestro interlocutor. Se realiza una reducción del argumento y no se logra un mensaje especifico. Un ejemplo de lo anteriormente expuesto es cuando nuestro interlocutor nos dice que todo el mundo le causa temor. En este caso el entrevistador debe preguntar que aspecto exactamente le causa esa reacción, porque si no caemos en una respuesta inconclusa y carente de información adicional.

Omisión de índice referencial: A este caso yo lo llamaría como un chisme incompleto, un pecado que mis amigas suelen cometer cada que me cuentas pequeños acontecimiento de sus vidas. La eliminación del índice referencial consiste en suprimir o ignorar datos tan indispensables como saber a qué persona u objeto nos referimos. Retomando la situación de mis amigas, lo expongo como ejemplo, cada vez que me dicen “Es que tal chico me llamo la atención” inmediatamente sale de mi boca “ ¿Cuál chico?” que falta de cortesía de parte de ellas que no me expliquen bien el chisme.

Omisión Comparativa: Es cuando en una conversación se realiza una comparación de una asunto frente a otro. Sin embargo, no se logra comprender a cabalidad que se está comparando, y se tiende a usar palabras muy genéricas como : mejor, peor, bueno, malo, más, menos, etc. Un ejemplo de esto es cuando mencionamos “La hamburguesa es mil veces mejor”, dentro de este contexto es prudente y necesario preguntarse ¿Comparado con qué otro alimento resulta ser mejor la hamburguesa?

Verbo inespecífico: Para esta situación se presenta el hecho de que no resulta notorio el cómo se ha realizado alguna situación en específico. Ejemplificando lo anterior, surge el comentario que algunas veces he escuchado en los pasillos de la universidad “He perdido el parcial por culpa del profesor” y de ahí surge mi pregunta ¿cómo uno pierde el parcial debido a una persona externa?

 

Nominalizacion: Este tipo de metamodelo se puede representar con el reconocido dicho de que “si no lo veo, no lo creo”. La nominalización es el resultado de aquellos procesos que terminan siendo determinados como simples objetos, en donde no se puede generar ese contacto físico, ni esa representación presencial de aquello a lo que se refiere. Algunos ejemplos de esta situación se ven evidenciados en palabras como la comunicación, la amistad, la determinación, el liderazgo, etc. Básicamente constituyen un conjunto de adjetivos intangibles. Ejemplo de esto, es cuando decimos “Mi amistad con ella se perdió por completo” , pero ¿Cómo se puede recuperar aquella amistad?

 

Operadores modales de posibilidad o necesidad: Son aquellas palabras que se refieren a la posibilidad o necesidad de hacer algo. La problemática aquí presentada radica en que las palabras son el reflejo de un estado interno e íntimo de cada persona, y generalmente se presenta una relación explicita de aquello que debemos desarrollar en la vida. Frases famosamente conocidas como “Tengo que entender que la vida es así y no tiene vuelta atrás” y ¿Qué pasaría si ves la vida desde otra perspectiva?

 

Distorsión: Se refiere a aquel proceso en donde surge la posibilidad de realizar cambios en la experiencia personal de aquellos hechos o datos sensoriales que percibimos en situaciones concretas. En este caso es muy común que adaptemos el escenario adecuado para que se presenten interpretaciones equivocadas de algún mensaje, debido a que se abra la posibilidad de que nuestra mente tome su postura a conveniencia y así genere proyecciones fututas que no son fiel a la realidad. Un ejemplo de esto es cuando decimos “Entrar a esta clase me da maluquera”, ¿Acaso aquella afirmación infiere que con tan solo pisar el salón de clases ya inicia una orquesta de síntomas malos en el cuerpo de aquella persona?

 

Lectura mental: En esta categoría me gusta traer a conversación el dicho “Acaso usted puede entrar en mi cabeza para saber que pienso” .Este postulado nos expone aquellas situaciones en donde como entrevistadores caemos en el error de creer que sabemos que es lo que la otra persona piensa, siente o cree respecto a un tema en específico. Ejemplificando esto, viene a mí el recuerdo de cuando entre mis amigas comentamos distintas situaciones que pasan en la universidad y de allí salen comentarios tales como “Yo estoy segura de que ella debió sentirse mal por eso” .Aquí es claro que aun así sin saber qué es lo que piensa ella se está haciendo una afirmación con base en absolutamente nada.

Referencia perdida: En este caso se generan juicios de valor y no se tiene la certeza de quien los realiza. Un ejemplo de esto es cuando en los trabajos en grupo a veces surgen comentarios como “Tu parte del trabajo esta mal hecha” a veces estos juicios se realizan sin unos argumentos base, y surge la cuestión de preguntarnos ¿Según quien está mal hecho? o ¿Bajo qué postulados se considera que no es adecuado?

Causa -Efecto: En esta ocasión surge un hecho en donde la persona que está hablando entabla una relación causa efecto sin bases o de manera completamente inesperada entre los sucesos o acciones. Ejemplo de ello, puede ser cuando afirmamos que nos sentimos mal solo porque nos miran, y aquí resulta oportuno preguntar ¿De qué manera el hecho de observar a alguien puede repercutir en su manera de sentirse?

 

Equivalencia Compleja: En esta situación, creo que la frase de confianza sería ¿Y eso que tiene que ver? Esto debido a que en este caso se presentas dos situaciones aisladas y se comete el error de interpretarlas de la misma manera, prácticamente como si fueran idénticas. Un ejemplo puede ser cuando decimos “Ese chico giro su cabeza hacia la derecha, eso quiere decir que está completamente de acuerdo conmigo” , en pocas palabras los hechos no tienen concordancia entre sí.

 

Presuposiciones: Aquí se genera una presuposición extraída de alguna frase or argumento que expone el interlocutor, en donde implica la existencia de alfo que no está expuesto de manera explícita. Esto me hace recordar los regaños de mamá cuando le dicen a uno “¿Cuándo se supone que va a madurar? Siempre me hace cuestionarme ¿Acaso no me comporto como tal?

 

Generalización: Es el proceso mediante el cual se asume que los elementos de una experiencia personal pueden llegar a ser universales y se genera un pensamiento erróneo de que todo es igual, sin variaciones, ni cambios significativos. El claro ejemplo de esto es la famosa frase “Todos los hombres son iguales” que, aunque no desconfío del todo de aquel postulado, pues si se genera un juicio estandarizado en donde asumimos que todos tienen una misma personalidad, cuando no es así.

Así pues, el metamodelo es una valiosa herramienta que puede mejorar mucho nuestra efectividad tanto en nuestra comunicación, como en la forma en que procesamos o entendemos ciertas declaraciones de nuestros interlocutores. En definitiva, resulta ser un gran valor agregado para poder entender a profundidad las palabras expuestas por otros.


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