SEMANA 6: Aportar nos deja una huella imborrable.
La educación no cambia al mundo: cambia a las personas que van a cambiar al mundo
-Paulo Freire
Cuanta verdad hay en la afirmación de Paulo. En la actualidad, muchos piensan que la educación o el conocimiento que se adquiere, son los ingredientes perfectos para asegurar un buen futuro. Sin embargo, poco se habla de la conversión que se genera alrededor del cuestionamiento de que sería la sociedad sin el factor humano que tanto nos caracteriza. La universidad se presenta como un espacio o templo de saberes, pero a veces no solo se trata de saber de matemáticas o saber de comunicación, sino como a través de nuestro papel de universitarios transformamos ese conocimiento en acciones concretas. Además, no se puede pasar de vista el valioso hecho de que antes de ser profesionales, somos personas que buscan hacer del mundo un lugar mejor desde la perspectiva autónoma de cada uno.
Aquel jueves inicio agotador, debido a la semana de parciales. Ya para ese punto, mis piernas me llevaban casi que mágicamente hasta las puertas del aula correspondiente. Aun así, empezamos la clase con toda la actitud y con la esperanza salir de esa preocupante burbuja a la que Paulo Freire denomina la “Educación Bancaria”. Consecuentemente, en esta búsqueda de aprendizaje, iniciamos leyendo las bitácoras de algunas compañeras y dando retroalimentación de estas. Seguido a esto, se abordó el primer tema del día, la teoría fundamentada.
De acuerdo con la explicación de nuestra compañera, el término de teoría fundamentada proviene de dos sociólogos, Anselm Strauss y Borny Glaser. Este hace referencia a una metodología de investigación para desarrollar teorías relacionadas con datos empíricos. Es decir, esta teoría se caracteriza por el hecho de que a medida que el investigador realiza su investigación, va generando o surgiendo nuevas teorías. Según la perspectiva de Giraldo (2011), La teoría fundamentada es capaz de proporcionar teorías, conceptos, hipótesis, partiendo en forma directa de los datos y no de marcos teóricos ya establecidos con anticipación
Por otra parte, otros compañeros expusieron el tema de la Investigación Acción Participativa, o mejor conocida como IAP. La IAP es un proceso que fusiona lo mejor de la teoría y la practica al momento de investigar. Kurt Lewin fue un psicólogo alemán que logro establecer las bases de esta metodología a través de la investigación de acción. A partir de este postulado se estableció uno de los ejes centrales de esta metodología, la participación. Este elemento fundamental en la IAP le exige al investigador participar activamente en el grupo social al cual se le implementa dichos estudios. Adicionalmente, con ese requerimiento se busca que el investigador haga parte de ese proceso de empoderamiento a las comunidades, promoviendo un cambio o transformación en los grupos.
Surge así la noción que caracteriza a este método de los demás. El papel que juega el investigador, pues no solo radica en situarse en el territorio y realizar una labor observadora o descriptiva. Su labor debe ir más allá, debe trascender. El investigador debe ser ese puente para generar un cambio social a través de la participación ciudadana.
En la investigación acción participativa se destaca el hecho de que la investigación debe promover el aprendizaje mutuo. Esta correlación de conocimiento se establece también como vehículo de empatía entre distintas culturas. El investigador, por un parte, debe ser cuidadoso y respetuoso frente al grupo social, debe ser empático ante las tradiciones que allí se presentan. "Encontramos una tradición crítica implicativa que propugna la investigación acción a partir del rechazo del 'status quo' existente en la sociedad (desigualdades, procesos de exclusión, elitismo político y económico, etc.) como una vía, entre otras, de liberación social." (Colectivo 10E, 1993:65). Acorde a este postulado se entiende que la IAP funciona de igual manera como una herramienta para superar sesgos elitistas o inclusive el tan famoso término de relativismo cultural.
La IAP se define como una metodología de aprendizaje abierto y continuo. Tal como lo destacó el pedagogo y filosofo Paulo Freire en su teoría de la “Educación Liberadora”, en este tipo de contextos debe primar la ruptura de imaginarios planos y cerrados, como el hecho de que el investigador tome un rol activo, tal como el de un profesor frente a su clase. Hoy en día, se busca que en la educación liberadora exista el diálogo abierto. De la misma manera, el investigador debe velar por esa relación abierta y permanente con el grupo social. Garantizando así, una estructura justa y variada, en donde ese matiz de verticalidad y esa relación de única vía entre el investigador y el grupo de estudio, se desvanezca y permita que la comunidad enseñe y proponga.
Por otro lado, durante la clase se abordó el tema del “Ser-Sentipensante”. Un término que, al escucharlo en clase, me causo una sensación agradable. Este se refiere a esa capacidad o aptitud que posee una persona al integrar la razón con el factor emocional. Este concepto surge gracias a las ideas y postulados de Orlando Flas Borda, un sociólogo barranquillero que se interesó por abordar un enfoque más humanístico en las investigaciones, en donde no solo adquiera importancia el análisis racional, sino que a esto se sume las emociones, intuiciones y experiencias del grupo estudiado. Según Orlando Borda el ser sentipensante es aquel que aplica ese concepto de que “el lenguaje que dice la verdad es aquel lenguaje sentipensante, el que es capaz de pensar sintiendo y sentir pensando”.
Si bien la investigación activa participativa promueve una modalidad de investigación transformadora para las comunidades que trae beneficios como: el empoderamiento de las comunidades y la adquisición de conocimiento local. También se determina que tiene obstáculos que pueden afectar su ejecución, como lo son: la mayor cantidad de tiempo y recursos invertidos y los posibles dilemas o conflictos de intereses que el investigador pueda afrontar durante la investigación. Sin olvidar que al ser una metodología basada en los eventos experienciales que se desarrollan a lo largo de la investigación, se tiende a considerar como una metodología carente de rigor académico.
Ya para culminar aquella clase mañanera hablamos de la Ley de los 4 Espejos. Un principio muy interesante que nos relata que todo aquello que nos incomoda del otro es un fiel reflejo de nuestro carácter y de nuestra forma de pensar. Esta ley se entrelaza de manera indirecta con otras temáticas previamente vistas como la fenomenología y la teoría fundamentada. Esto debido a que la ley de los 4 espejos nos invita, implícitamente, a eliminar esos sesgos o creencias limitantes que como investigadores podamos experimentar. Desde la fenomenología se aborda la importancia de la experiencia y la percepción, del acto de ponernos en los zapatos del otro y entender sus realidades. Por otro lado, la teoría fundamentada sigue un hilo conductor que guía al investigador alrededor del hecho que la teoría se construye en el camino, pero esto se logra espacios propicios para compartir las distintas experiencias, en donde el investigador pueda evidenciar, paso a paso, esos pensamientos y argumentos que tiene la comunidad para el mismo.
Ricoeur, P. (2000).
Narratividad, fenomenología y hermenéutica. Anàlisi: quaderns de
comunicació i cultura, (25), 189-207.
Mendoza-Canales, R. (2018): “La fenomenología como
teoría del conocimiento: Husserl sobre la epojé y la modificación de
neutralidad”, en Revista de Filosofía 43 (1), 121-138
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